La relevancia de este descubrimiento no solo radica en la comprensión de cómo ocurre la fertilización, sino en sus posibles aplicaciones.

Gavin Wright, bioquímico de la Universidad de York, sugiere que este conocimiento podría eventualmente ayudar a diagnosticar problemas de fertilidad en humanos, permitiendo a los especialistas identificar si los fallos en este complejo de proteínas podrían ser la causa de dificultades reproductivas.

Este avance, facilitado por la inteligencia artificial, también resalta el valor de herramientas como AlphaFold en la investigación científica, especialmente en áreas donde los experimentos tradicionales resultan complicados.

La predicción de interacciones proteicas mediante modelos computacionales abre nuevas posibilidades para el estudio de procesos biológicos complejos que anteriormente eran difíciles de abordar.