Herpes zóster: el otro doloroso problema causado por el virus de la varicela que muchos desconocen

La vacuna ayuda en la prevención, sin embargo, es necesario también tener ciertos cuidados. Conoce aquí los síntomas.

 

 


El herpes zóster -mejor conocido como “culebrilla”- es una enfermedad causada por el virus de la varicela, que aparece cuando este se reactiva.

Y es que luego que un paciente se recupera del virus, este permanece latente, pero inactivo dentro del organismo. Al activarse nuevamente, produce sarpullido y ampollas alrededor del cuerpo que suelen ser muy dolorosas.

De hecho, es tan intenso este dolor corporal que puede permanecer aún luego de desaparecido el sarpullido.

Los síntomas del herpes zóster, según la clínica Mayo

 

Dolor, ardor u hormigueo.
Sensibilidad al tacto.
Sarpullido rojo que aparece unos días después del dolor.
Ampollas llenas de líquido que se abren y forman costras.
Picazón.

Algunas personas también presentan lo siguiente:

Fiebre.
Dolor de cabeza.
Sensibilidad a la luz.
Fatiga.

 

¿Es contagioso?

Al derivar del virus de la varicela, muchos podrían creer que este herpes es igual de contagioso, sin embargo, no es del todo correcto.

De acuerdo al Centro de control de Enfermedades de EEUU, “el contacto directo con las secreciones de las ampollas del sarpullido puede propagar el VVZ a las personas que nunca han tenido varicela o que nunca recibieron la vacuna contra la varicela”.

Asimismo, la organización añade, que si la persona se infecta, esta presentará varicela, pero no este herpes, aunque sí podría llegar a desarrollarlo más tarde en la vida.

Aún así, es mejor prevenir la transmisión con medidas prácticas como:

Cubra el sarpullido.
Evite tocarse o rascarse el sarpullido.
Evite el contacto con las siguientes personas hasta que se formen costras en el sarpullido:
– Mujeres embarazadas que nunca hayan tenido varicela o no se hayan vacunado contra esta enfermedad.
– Bebés prematuros o con bajo peso al nacer.
– Personas con el sistema inmunitario debilitado.

Las vacunas que previenen el herpes de zóster

El tratamiento para la culebrilla incluye analgésicos, medicación antiviral y puede prevenirse con vacunas. Normalmente, la inoculación contra la varicela en niños o la del herpes zóster en adultos puede minimizar el riesgo de desarrollar la enfermedad.

La inmunización preventiva se recomienda a partir de los 50 años y a mayores de 19, especialmente si el sistema inmunológico debilitado por otras enfermedades.

 

Recientemente, se produjo un rebrote del herpes zóster en el mundo durante la pandemia del covid-19. A raíz de esto, se aprobó una nueva vacuna –Shingrix, del laboratorio GSK- para reducir el riesgo de que la enfermedad se propague.

Se trata de un esquema de dos dosis, con un intervalo de entre dos y seis meses, para mayores de 50 y personas de 18 años en adelante con riesgo inmunológico.

La vacuna ya se aprobó en Estados Unidos, países de Europa y Brasil.

Si bien no todas las personas que tuvieron varicela pueden desarrollar herpes zóster, la Sociedad Argentina de Dermatología (SAD) ha indicado que debido al estrés emocional y los cuadros de depresión vivida durante la pandemia se ha vuelto mucho más frecuente.

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