Los restos del cadáver estaban al interior de un canal de regadío ubicado -específicamente- en la intersección de Camino El Bosque con René Olivares.

El sur de Chile tampoco es ajeno a este tipo de situaciones.

A mitad de año, uno de los habitantes de la pequeña comuna de Llanquihue, en la región de Los Lagos -mientras caminaba por el sector Molino Viejo- divisó lo que más tarde se confirmaría que eran osamentas humanas.

Lo detallado anteriormente, según expertos, podría afectar de distintas formas, tanto física como psicológicamente, a quien -de manera inesperada y sin quererlo- participa del descubrimiento. Incluso, en la forma de relacionarse con los demás.

Homicidios y hallazgo de cuerpos en vía pública

El último informe del Centro para la Prevención de Homicidios y Delitos Violentos, en coordinación con la Subsecretaría de Prevención del Delito, evidenció una baja de -9,4 de la tasa de homicidios consumados cada 100 habitantes durante el primer semestre de 2024.

Esto, respecto al mismo periodo de 2023. Aun así, el mismo documento revela que el 48% de este tipo de crímenes fueron realizados con arma de fuego, seguida por las armas cortopunzantes con 35,6%. En tanto, la vía pública fue el lugar más frecuente de agresión, con un 58,7% de los casos.

Considerando esta última variante, ante la falta de antecedentes oficiales, una revisión periodística de BioBioChile da cuenta que desde enero hasta el pasado mes de octubre se registraron, al menos, 35 casos en que transeúntes se vieron expuestos a este tipo de hallazgos, personas que impensadamente se transformaron en víctimas indirectas de un crimen. ¿Qué pasa con ellos?

En los primeros diez meses del año han aparecido cuerpos golpeados, amarrados, maniatados y amordazados. A la vez, con impactos de balas y también calcinados. A esto se suma el descubrimiento de cráneos, piernas, brazos, manos y torsos.

 

¿El factor común? Todos encontrados en la calle y, muchos de estos, con violenta intervención de terceros: Abandonados en la vía pública, dentro de basureros, tambores y también envueltos en sábanas.

De hecho, el reciente informe de Crimen Organizado en Chile, publicado por la Fiscalía Nacional, reveló un aumento de homicidios cada 100 mil habitantes (entre los años 2015-2023) y, de esos, el que más alarma pública provoca es el registrado en la calle.

Lo anterior, “como por la forma de ejecución de algunos de ellos, en los que se aprecia un aumento del uso de armas de fuego, una ejecución en plena vía pública, hallazgos de cadáveres con signos de extrema violencia y algunos desmembrados”.

La contención estatal

Destacando el principio de voluntariedad, al ser consultados por este medio, desde el Ministerio Público no se especificó la cantidad de personas que han estado bajo la atención de las Unidades Regionales de Atención a las Víctimas y Testigos (URAVIT) durante lo que va de 2024. Tampoco los detalles de cómo trabajan junto a este tipo de testigos.

Cabe precisar que dicho programa de la Fiscalía Nacional tiene por objetivo brindar apoyo, contención y primeros auxilios psicológicos al momento del hecho. Así lo explicó -en términos generales- la gerenta de la División de Víctimas y Testigos (DAVT), Alicia Díaz Nilo.

“Luego (de ocurrido el hecho) el fiscal a cargo del caso indica las acciones a seguir y se dispone de medidas de protección según el riesgo, las que se coordinan con los profesionales de las URAVIT”, dijo.

 

Respecto al tiempo de apoyo, Díaz sostuvo que se determina según las necesidades de cada víctima y/testigo. En cuanto a cómo se materializa la ayuda, explicó que a través de contactos y seguimientos posteriores.

“De ser necesario se realiza derivación de atención al Centro de Apoyo a Víctimas de delitos (CAVD), para evaluar su posible necesidad de atención terapéutica reparatoria y asesoría jurídica o a psicólogos y psiquiatras calificados según lo que requiera el caso”, respondió.